La estancia de los migrantes, cuando se vuelve permanente,
crea necesidades y genera retos en los países receptores, verbigracia, el
problema de adaptarlos a las leyes, políticas educativas, y eventos especiales
de su nuevo entorno. Asimismo, las segundas generaciones de los inmigrantes
generan unas condiciones particulares en el proceso de su integración a la
sociedad del país de acogida, que son de interés para esta investigación.
La
población inmigrante, en general, presenta una gran disposición para integrarse
a la nueva sociedad desde todos los puntos de vista y, en particular, el
lingüístico; no obstante, su grado de integración depende en gran medida del
tiempo de residencia en el país de acogida, de los lazos mantenidos con el país
de origen, de los recursos y dispositivos para la integración con las que
cuenta la sociedad a la que llega el migrante, del sistema público de bienestar
social del que dispone el Gobierno. Esto es, la integración es un proceso
bilateral que depende tanto de la sociedad receptora como de los propios
inmigrantes.
El problema de la adaptación de los sistemas
educativos (especialmente, de los países altamente desarrollados que
experimentan un flujo considerable de inmigración extranjera, como los Estados
Unidos, Canadá o la Unión Europea), a las necesidades del alumnado inmigrante,
preocupa a los científicos, políticos y a la sociedad en general. El informe
realizado por M. Luciak para el European Monitoring Centre on Racism and
Xenophobia (EUMC) que lleva como título Documenting
Discrimination and Integration in 15 Member States of the European Union (2004), evidencia las prácticas discriminatorias hacia los migrantes existentes
en los sistemas educativos de los países de la Unión Europea. El documento
concluye que la escuela está fallando en ofrecer la educación adecuada a los
menores inmigrantes e hijos de inmigrantes en varios aspectos, tales como:
· Los menores
inmigrantes son escolarizados en la lengua del país de acogida y no en su
lengua materna, lo cual puede llevar a que sean ubicados en niveles inferiores
al que les corresponde, perturbando su normal desarrollo.
· Los
alumnos inmigrantes se concentran en escuelas de barrios desfavorecidos y con
mala reputación.
· Se
observa mayor fracaso escolar entre los estudiantes inmigrantes que entre los
alumnos nativos.
· Los
estudiantes inmigrantes experimentan mayor discriminación porque tienen mayores
dificultades para adquirir las destrezas culturales que demanda la escuela;
tienen peores resultados escolares y las diferencias aumentan con la edad;
tienen peores expectativas de cara a la elección de un empleo.
· Los
inmigrantes acuden en menor proporción que los alumnos nativos a las carreras
de educación superior y hay una tendencia de admitirlos en los centros
profesionales y técnicos en mayor proporción que en las escuelas superiores y
universidades de prestigio (Luciak, 2004).
Según el Informe
EUMC, a pesar de la existencia de programas de apoyo y algunas iniciativas
positivas, las desigualdades siguen persistiendo en gran medida. Uno de los
factores que agrandan estos problemas y aumentan las tensiones en la sociedad,
es la existencia de los sistemas educativos, en los cuales no se cultiva la
lengua de origen o del hogar de los alumnos inmigrantes; donde ellos no
consiguen logros en el acceso a la lengua de la escuela y su aprovechamiento
escolar es significativamente más bajo que el de los nativos. Por otra parte, las
actitudes de rechazo hacia los inmigrantes en los países de la Unión Europea,
adquieren una dimensión importante por la legislación cada vez más restrictiva
en materia de inmigración. Ante este preocupante panorama, la preparación de la
planta docente es todavía deficiente y con pocas expectativas, en un sistema
educativo que se mueve entre la asimilación y la marginación (Luciak, 2004).
A pesar de que el alumnado inmigrante se
muestre motivado y tenga actitudes positivas hacia la escuela, los datos relativos
al Informe PISA de 2006, que analiza la situación de 30 países de la OCDE,
indican que los alumnos inmigrantes consiguen resultados más bajos que sus
compañeros nativos en materias claves de la escuela, tales como las
matemáticas, lectura y ciencias. Las diferencias son más pronunciadas en países
como Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Holanda y Suiza. Hay menor
diferencia en otros países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Macao-China
(Stanat, Christensen, 2006).
Sin duda, el aprovechamiento escolar depende
del nivel socioeconómico y de la lengua que se habla en la familia del alumno
inmigrante, así como de la estrategia educativa y de integración de cada país.
Por otro lado, tiene que ver la existencia de los programas de apoyo lingüístico
para los inmigrantes. Es preciso distinguir las tres categorías de estudiantes
que observa el Informe:
· Nativos: niños y niñas nacidos en el
país donde estudian, con uno de los padres, al menos, nacido en ese país.
· Primera
generación o no nativos: niños nacidos en otro país, hijos de padres que también han
nacido en otro país, distinto a aquel donde estudian.
· Segunda
generación:
niños y niñas nacidos en el país donde estudian, pero con padres nacidos en
otro país distinto.
En general, los nativos muestran el
aprovechamiento más alto en todas las áreas examinadas: las matemáticas, la
lectura y las ciencias. Para el conjunto de los 30 países analizados por la
OCDE, en matemáticas, las diferencias son de 25 puntos a favor de los
estudiantes nativos, por encima de los alumnos de segunda generación (alumnos
nacidos en el país donde estudian, pero de padres extranjeros). La diferencia
es mayor (38 puntos) si se comparan los nativos con alumnos de primera
generación (nacidos en otro país). Estas diferencias varían considerablemente
de un país a otro. Las mayores desigualdades se presentan en Bélgica (112
puntos de ventaja para los nativos).
En la lectura, las diferencias son también muy
altas. Los nativos consiguen 22 puntos más que los alumnos de segunda generación,
y 45 puntos más que los alumnos no nativos. Asimismo, las diferencias entre
países son notables: por ejemplo, en Bélgica, los nativos obtienen 101 puntos
de ventaja, al mismo tiempo que en Australia solamente es de 1 punto la ventaja
en la lectura.
En las ciencias, las diferencias entre los
nativos e inmigrantes son también significativas: los alumnos nativos consiguen
34 puntos más que los alumnos inmigrantes de segunda generación y 49 puntos más
que los alumnos inmigrantes de la primera generación nacidos en otro país.
Si bien los peores resultados obtenidos por
los alumnos de la primera generación (nacidos en otro país con padres de otro
país), pueden parecer previsibles teniendo en cuenta que han sido matriculados
en otro sistema educativo (o, incluso, no han recibido educación formal
regular), las calificaciones de los alumnos de segunda generación son
sorprendentes.
Estos estudiantes han recibido su educación en
el mismo medio que los alumnos nativos, y deberían beneficiarse del mismo
sistema y los mismos modelos educativos como lo hacen los autóctonos. Sin
embargo, las diferencias entre nativos y estudiantes de segunda generación,
siguen siendo muy grandes.
El estudio realizado por la OCDE con los
alumnos de 15 años, muestra las grandes desigualdades en los aspectos básicos
del curriculum y la gran desventaja en la que se encuentra el alumnado de
origen inmigrante. Se hace evidente la necesidad de diseñar las medidas de
refuerzo y de apoyo para los estudiantes inmigrantes, a fin de lograr una mayor
equidad en la educación. Otro de los aspectos que considera la OCDE para la
enseñanza adecuada de los migrantes, es la formación del profesorado. Sin
buenos profesores, buenos programas y buenos materiales es difícil llevar a
buen puerto el trabajo en la escuela.
Un estudio sobre la opinión de los profesores
que trabajan con el alumnado inmigrante de Bilbao y San Sebastian, España,
respecto a cuáles conocimientos, qué destrezas y actitudes y qué nivel de
consciencia debe poseer un maestro que atiende a los niños migrantes, mostró
los siguiente:
· Los
profesores y profesoras encuestados afirman tener buen nivel de consciencia y
actitudes respecto a las tareas que exige la educación con alumnado inmigrante.
· Los
maestros afirman que no tienen suficiente conocimiento respecto a las
necesidades que les plantean los niños inmigrantes, especialmente en lo
relativo a la cultura de origen, información del país, conocimiento básico de
la lengua, etc.
· Los
docentes se encuentran en situación de precariedad a la hora de dominar las
habilidades, para adaptar los materiales, diseñar las nuevas experiencias
integradoras, mejorar el rendimiento del alumnado inmigrante o establecer
buenos contactos con las familias.
· El
balance relativo a la formación, las expectativas y la satisfacción que sienten
respecto al trabajo con inmigrantes se encuentra en los niveles más bajos de
las escalas aplicadas.
· En el
lado más favorable, conocen la existencia de recursos y dispositivos para
enfrentarse a la educación intercultural y los valoran positivamente, aunque
sean considerados como insuficientes.
· En el
plano negativo, manifiestan disponer de poco tiempo, recursos, formación y
apoyos insuficientes para enfrentarse a su tarea. Como resultado de esto,
aparece la sensación de abandono, desprotección y no saber cómo encarar la
educación con inmigrantes, especialmente con los que se incorporan en la
enseñanza primaria (Etxeberria, 2009).
De este modo, las carencias en la formación
del profesorado para las nuevas tareas que exigen la presencia de niños y niñas
extranjeros en las aulas, es otro problema con el que se encuentra la buena
marcha de la integración del alumnado inmigrante en la escuela. Si los
profesores no están adecuadamente preparados, motivados y con los recursos
necesarios para llevar a cabo su tarea, es comprensible que los resultados no
sean del todo positivos.
De tal manera, la problemática de la
adaptación académica e integración cultural de los migrantes, se complica por
las condiciones de enseñanza que ofrecen los sistemas educativos inaptos para
atender a los representantes de otras culturas residentes en el país. Por esta
razón, los jóvenes “navegan” entre la
asimilación de la lengua y cultura del país de acogida, la exitosa adaptación e
integración académica y la marginación. Lamentablemente, las estadísticas
constan que por ahora, la mayoría toma el rumbo hacia la marginación.
Parece fuera de toda duda que la influencia de
la competencia en la lengua de la escuela, es un factor determinante en los
resultados escolares. A este respecto, en el caso de las lenguas del país de
acogida, su importancia reside en que suponen un instrumento clave en la
integración (Parlamento Europeo, 1998).
Los déficits lingüísticos tienen una
influencia determinante en momentos cruciales, como el inicio en la enseñanza
secundaria o el paso de la educación básica a la enseñanza profesional. Para
J. Cummins (2001), la pregunta fundamental que cabe hacerse al respecto de
este punto, es la siguiente: ¿Cuánto tiempo es necesario para que el alumno inmigrante
consiga un nivel similar al alumnado nativo en la lengua de la escuela? Cuando
el alumno inmigrante se escolariza como el resto de los nativos, no parece que
existan dificultades especiales en la adquisición de la lengua vehicular de la
escuela, pero cuando el alumno inmigrante acude durante dos o tres años a la
educación formal, las dificultades se acrecientan proporcionalmente.
J. Cummins destaca varios estudios en los
que se constata que alguien que no sea hablante del inglés, requiere aproximadamente
5 años para alcanzar la fluidez en esa lengua, es decir, quien empieza en
primero de primaria no llegaría a hablar inglés con fluidez hasta finales de
quinto grado, más o menos. El problema parece residir, siguiendo a
J. Cummins, en que los estudiantes inmigrantes puedan adquirir rápidamente
una fluidez considerable en la lengua dominante, hacen falta cinco años (y a
menudo mucho más) para recuperar el terreno con los hablantes nativos en los
aspectos académicos (Cummins, 2001, p. 42).
Para J. Cummins, la resolución de este
problema radica en la búsqueda de intervenciones que mantengan el progreso
académico a largo plazo de los estudiantes inmigrantes, en lugar de esperar
alguna solución “de arreglo rápido” a corto plazo. La idea de que tras varios
años de aprendizaje, el nivel de fluidez en la lengua sea equiparable entre
nativos e inmigrantes, tiene sus dificultades, puesto que los nativos no se
quedan quietos a esperar que les alcancen quienes están aprendiendo inglés. De
este modo, quienes están aprendiendo inglés tienen que dar alcance a un
objetivo móvil, por lo que no es de extrañar que esta formidable tarea
raramente se consiga en unos pocos años (Cummins, 2001, p. 45).
En el caso de España, por ejemplo, en relación
a los factores que dificultan la integración/normalización del alumnado
inmigrante en los centros educativos, se destaca que los alumnos no se integran
en el ritmo académico del centro por desconocimiento del idioma (CEAPA, 2004).
Los estudiantes inmigrantes, al no entender el
idioma, tienden a aislarse. En muchos casos no manifiestan su situación de
desconcierto para no molestar o no sentirse ridículos por sus dificultades con
el idioma. El dilema en el que se debaten los defensores de cada una de estas
estrategias de aprendizaje de la lengua de acogida, estriba en identificar cuál
es la mejor manera de integrar al alumnado inmigrante. Se proponen dos
soluciones: en el aula ordinaria, aprendiendo los contenidos y la lengua al
mismo tiempo, o en aulas específicas, abiertas o cerradas, en las que se da
prioridad al aprendizaje del idioma dominante para luego incorporarse al aula
ordinaria.
Otro problema radica en que los alumnos que
tienen más dificultades en su adaptación académica, normalmente proceden de las
familias de los inmigrantes con un nivel socioeconómico bajo y se concentran en
los centros públicos (mantenidos por el gobierno) corriendo el riesgo de seguir
todos sus años escolares en instituciones educativas donde la marginación y la
concentración en ghetos sea una realidad.
Se ha visto que uno de los principales
aspectos con los que tiene que enfrentarse un plan de lucha por una mayor
integración del alumnado inmigrante, debe tener en cuenta la adquisición real
de la(s) lengua(s) de acogida y el desarrollo de la lengua materna de los
inmigrantes; prever y evitar el fracaso escolar de los estudiantes inmigrantes,
disminución de su rendimiento escolar; mejorar sus expectativas y aspiraciones
para acceder a la educación superior.
La competencia en la lengua en que los alumnos
inmigrantes reciben la enseñanza representa el obstáculo principal para
alcanzar el éxito escolar y por ello debe considerarse como uno de los
principales problemas a resolver (Stanat, 2005). El análisis de los resultados
del Informe PISA indica que es de vital
importancia que se garantice la consecución de las suficientes competencias en
la lengua de instrucción, dado que estas habilidades han demostrado tener un
gran impacto en el éxito escolar. Sin embargo, la mayoría de los países
analizados por P. Stanat y G. Christensen (2006), no contemplan las
medidas especiales de apoyo o refuerzo lingüístico para los estudiantes
inmigrantes.
Es importante además evitar que tanto los
nativos, como los inmigrantes, caen en actitudes fatalistas, que pueden surgir
tras persistencia de la desigualdad durante un prolongado contacto con la
cultura dominante, y llevan a así llamadas “diferencias culturales secundarias”
(Ogbu, 1991). Es decir, evitar el surgimiento de una especie de cultura de
resistencia. Hay que reconocer además, que aunque la educación es un factor
decisivo para la integración en la sociedad de acogida, pero no es el único.
La escuela, en especial la primaria, es la
primera institución del país de acogida que conoce el pequeño inmigrante, por
tanto, debe ser el lugar que muestre lo que una sociedad verdaderamente
democrática ofrece a los extranjeros en sus empresas, en la administración o en
la vida social. Sin embargo, la persistencia de bajo aprovechamiento escolar de
los estudiantes inmigrantes, su reprobación y deserción, hablan de graves
problemas que existen en los sistemas educativos, de la desigualdad educativa y
discriminación; exigen cambios profundos que van más allá de los programas
lingüísticos y de apoyo al migrante.
A partir del análisis realizado, se proponen
las recomendaciones que pueden servir al combate de la inequidad y la discriminación del alumnado inmigrante:
· Prioridad
absoluta al aprendizaje real de la lengua o lenguas de la escuela.
· Programas
bien elaborados y a largo plazo que permitan conseguir el objetivo propuesto.
· Incorporación
de la lengua materna de los migrantes en el curriculum escolar.
· Mejora de
la formación del profesorado.
· Gestión
de recursos adicionales para la educación del alumnado inmigrante.
· Promoción
de las investigaciones cuyo objetivo sea comprender mejor las causas por las
cuales el alumnado inmigrante obtiene peores resultados académicos.
· Revisión
de los procedimientos por los que los alumnos inmigrantes acuden en mayor
proporción a las clases de educación especial.
· Revisión
de las bases legales que coadyuvan a evitar la marginación y discriminación de
los inmigrantes.
· Adopción
por las escuelas y centros de educación superior de un código
antidiscriminatorio y antirracista que contemple la atención especial a los
alumnos inmigrantes.
· Desarrollo
de auténticos programas educativos interculturales que favorezcan la
integración y convivencia del alumnado.
· Desarrollo
de los programas que favorezcan a los grupos más vulnerables, su acceso a la
educación superior y facilidad de su transición de la escuela al trabajo.
· Aprovechamiento
del potencial humano y las buenas actitudes, motivación, expectativas y
sentimientos que el alumnado inmigrante tiene hacia la escuela.
Bibliografía
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inmigrante y su relación con el ámbito escolar. Madrid, 27 y 28 de noviembre de
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Cummins, J. (1980) The Construct of Language Proficiency in Biliingual
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Linguistics. Washington, Georgetown University.
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Spanish and Immigrant Minority Languages in Basque School”, en Teaching Through Basque. Achievements and challenges.
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Monitoring Centre on Racism and Xenophobia (EUMC).
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Stanat, P. (2005). “La influencia del origen inmigrante en el rendimiento de
los alumnos: resultados de las investigaciones nacionales e internacionales”,
En Políticas educativos de éxito: análisis a partir de los informes
PISA. XX Semana Monográfica de la
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Stanat, P., Christensen, G. (2006). Where
immigrant students succeed. A comparative review of performance and engagement
in PISA 2003. Paris, OCDE.
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